Yo perdono a cualquiera que me haya causado daño o dolor. Perdono para ser libre. Yo perdono por amor a mí.
Perdonar no es un acto de fe.
El perdón no se da a quien ha lastimado, sino para sanar a quien lo concede. Perdonar es liberar tu poder, sanar tu cuerpo, tranquilizar tu mente y elevar tu espíritu.
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